Los elementos de la arquitectura románica son la masividad, la austeridad y la falta de excesos, así como la austeridad exterior. La arquitectura románica es famosa por sus pesados castillos y templos, que parecen más bien una fortaleza inexpugnable en el espíritu de la Edad Media. En el estilo románico predominan los muros fuertes, las puertas macizas semicirculares, las columnas gruesas, las bóvedas cruciformes o de cañón y las ventanas semicirculares o circulares. Los suelos son de mármol, baldosas estampadas. Espejos – chifón bronce. Paredes – Yeso veneciano.
Los arcos aparecieron por primera vez en el II milenio a.C. en la arquitectura del Antiguo Oriente, en particular en la antigua Mesopotamia, donde las construcciones de ladrillo habían alcanzado un gran nivel. Los etruscos también se extendieron en la arquitectura de la antigua Roma. Un arco es una viga curva de contorno liso, una estructura de construcción portante. A diferencia de una viga, que está sometida a un esfuerzo mecánico normal, un arco está sometido a un esfuerzo mecánico tangencial que da lugar a una reacción de apoyo horizontal (puntal). La presencia de la expansión requiere un aumento del grosor de la pared. Por tanto, mientras que el sistema de construcción de vigas en forma de parteluz es ligero, el arco (losas arqueadas) es pesado. El arco se diferencia de la bóveda sólo por su anchura considerablemente menor. Bajo carga vertical, el arco trabaja más en compresión y menos en flexión.
Los arcos que cubren una abertura no transversal se denominan arcos ciegos. Uno de los propósitos de esto es aumentar la resistencia de la pared mientras se ahorra material. En la antigüedad se conocía una técnica en la que se realizaba un arco para facilitar, por ejemplo, la superposición de una abertura en un muro en forma de arco plano, sobre el que se realizaba un arco ciego para descargarlo. El interior románico también tiene más fuerza que elegancia. Todos los elementos del interior producen una sensación de sencillez y pesadez, sin apenas adornos en la habitación.
Los edificios románicos se caracterizan por sus fuertes muros y columnas, a expensas de pesadas bóvedas.
Hay diferentes tipos de arcos en la arquitectura. El motivo principal del interior son los arcos de medio punto. Hay una simplicidad racional en el diseño general, pero la sensación de pesadez de una catedral románica es opresiva. El estilo románico absorbió numerosos elementos del arte cristiano primitivo, del arte merovingio, de la cultura carolingia del Renacimiento (y también del arte de la antigüedad, del periodo de la Migración de las Naciones, de Bizancio y del Oriente Medio musulmán).
A diferencia de las anteriores corrientes artísticas medievales de carácter local, el estilo románico fue el primer sistema artístico de la Edad Media que abarcó la mayor parte de los países europeos, a pesar de la gran diversidad de escuelas locales provocada por la fragmentación feudal. Toda la estética del Renacimiento tiene su origen en el arte de la Edad Media.
La estética de la Edad Media era muy teológica. Así, los conceptos estéticos de la Edad Media se originan y culminan en Dios. También hay que señalar que el estilo románico temprano está influenciado por el pensador y filósofo romano Aurelio Agustín, que vivió entre el 354 y el 430 d.C. Aurelio Agustín tenía un magnífico sentido de la belleza, era una persona sensual y expresiva y, sin embargo, como cristiano, comprendía que la belleza divina supera con creces la belleza visible y terrenal. Fue este pensador quien dirigió su atención a la relación entre lo feo y lo bello en el mundo. Para Agustín la forma de la belleza era la unidad en la que se encontraba la habitación. El estilo románico surgió durante la Edad Media, a principios del siglo X, y duró hasta aproximadamente el siglo XII. El estilo románico estaba más extendido en Alemania y Francia.